En demasiadas ocasiones, pese a que soy consciente, me olvido del valor de las cosas no tangibles, como es el caso de la amistad.
En catequesis en mi época “católica practicante” (SI esa época de la cual no me arrepiento, pero que efectivamente hoy en día no volvería a practicar con individuos como el señor RV y compañia) nos contaban con bonitas y a su vez cursi estampitas de payasos dibujados con sonrisas falsas y entregándote flores que el verdadero amigo no es el que necesita que llamemos cuando tenemos un problema sino que el verdadero amigo estará ahí cuando lo necesites sin llamarlo ,,, perfecto si vives en “los mundos de Yuppie” pero en los días en los que nos tocó vivir, eso es … una soberana estupidez. Necesitamos a los amigos más que nunca en tiempos difíciles (que pese a serlos podrían ser peor y no debemos olvidar que somos afortunados de poder estar donde estamos con esta crisis de mierda). Pero debemos saber llamarlos, ésos … los verdaderos, sin que le cuentes más te sabrán reconfortar solamente con sus palabras, con una tontería que te digan o simplemente con escuchar su voz, con sus problemas y con sus alegrías te hacen sentir bien, al menos te hacen sentir.
De igual forma olvidé que trabajo para vivir y no vivo para trabajar, dejando a un lado (nunca en segundo plano afortunadamente) la familia y de nuevo a los amigos sin tener tiempo para nada más que para pensar y organizar el trabajo, sin disfrutar 100 % cada una de las experiencias que me aportan mis peques, esposa y amigos, convirtiendo mi vida en lo que tengo ahora … un caos en mi cabezota que no termino de ajustar o coordinar, soltando improperios por la bocaza que Dios me dio y comportándome como un estúpido mal educado salido de telecinco.
Sin saber por qué estoy en esa fase en la que debo sacar todos los libros de la inmensa biblioteca que forma mi cabezota, quitarles el polvo, mirar los que realmente me importan y volverlos a colocarlos en su sitio me doy cuenta que no estoy para nada solo que tengo muchas manos a las que pedir que me saquen del barro pero debo llamarlos ya que están ahí dispuestos a hacerlo. GRACIAS por tanto a todos que ajenos o no de la situación … sé que estáis por ahí con vuestras cosas evidentemente, pero estáis ahí.
Siempre dije a boca bien abierta que el día que no consiguiera desconectar al llegar a casa, tendría un problema, por desgracia no me estaba dando cuenta que eso ya me estaba pasando sin darme cuenta desde hace demasiado tiempo. Mas vale tarde que nunca y un pequeño lunar como los míos en la mano de mi hija que no conocía, una cita de medico de uno de ellos que olvidé, cientos de tacos y unas cuantas cagada más me hicieron falta para abrirme los ojos.
GRACIAS Y PERDÓN MON, LUCÍA y JESÚS y resto de personajes que me rodeais. GRACIAS POR AGUANTARME
En catequesis en mi época “católica practicante” (SI esa época de la cual no me arrepiento, pero que efectivamente hoy en día no volvería a practicar con individuos como el señor RV y compañia) nos contaban con bonitas y a su vez cursi estampitas de payasos dibujados con sonrisas falsas y entregándote flores que el verdadero amigo no es el que necesita que llamemos cuando tenemos un problema sino que el verdadero amigo estará ahí cuando lo necesites sin llamarlo ,,, perfecto si vives en “los mundos de Yuppie” pero en los días en los que nos tocó vivir, eso es … una soberana estupidez. Necesitamos a los amigos más que nunca en tiempos difíciles (que pese a serlos podrían ser peor y no debemos olvidar que somos afortunados de poder estar donde estamos con esta crisis de mierda). Pero debemos saber llamarlos, ésos … los verdaderos, sin que le cuentes más te sabrán reconfortar solamente con sus palabras, con una tontería que te digan o simplemente con escuchar su voz, con sus problemas y con sus alegrías te hacen sentir bien, al menos te hacen sentir.
De igual forma olvidé que trabajo para vivir y no vivo para trabajar, dejando a un lado (nunca en segundo plano afortunadamente) la familia y de nuevo a los amigos sin tener tiempo para nada más que para pensar y organizar el trabajo, sin disfrutar 100 % cada una de las experiencias que me aportan mis peques, esposa y amigos, convirtiendo mi vida en lo que tengo ahora … un caos en mi cabezota que no termino de ajustar o coordinar, soltando improperios por la bocaza que Dios me dio y comportándome como un estúpido mal educado salido de telecinco.
Sin saber por qué estoy en esa fase en la que debo sacar todos los libros de la inmensa biblioteca que forma mi cabezota, quitarles el polvo, mirar los que realmente me importan y volverlos a colocarlos en su sitio me doy cuenta que no estoy para nada solo que tengo muchas manos a las que pedir que me saquen del barro pero debo llamarlos ya que están ahí dispuestos a hacerlo. GRACIAS por tanto a todos que ajenos o no de la situación … sé que estáis por ahí con vuestras cosas evidentemente, pero estáis ahí.
Siempre dije a boca bien abierta que el día que no consiguiera desconectar al llegar a casa, tendría un problema, por desgracia no me estaba dando cuenta que eso ya me estaba pasando sin darme cuenta desde hace demasiado tiempo. Mas vale tarde que nunca y un pequeño lunar como los míos en la mano de mi hija que no conocía, una cita de medico de uno de ellos que olvidé, cientos de tacos y unas cuantas cagada más me hicieron falta para abrirme los ojos.
GRACIAS Y PERDÓN MON, LUCÍA y JESÚS y resto de personajes que me rodeais. GRACIAS POR AGUANTARME
2 comentarios:
Digo yo que ya que te diste cuenta sepas encontrar de nuevo el camino para pedir ayuda siempre que la necesites... Que igual tu señora esposa tb tiene sus idas de olla y puede no darse cuenta de cómo estás. ¿ok? TE QUIERO.
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