No me quiero hacer la idea de que me estoy haciendo mayor, mayor ... a los 31 años, casi nadie se debería cuestionar estos temas, pero en demasiadas ocasiones mando a tomar viento a Peter Pan con su síndrome y a campañilla si se pone tonta y me pongo a pensar y pensar me siento en el divan de Cristina y a pensar ... ¿pensar negativamente? o ¿pensar de forma realista?, de cualquier forma que se quiera ver no deja de ser pensar.
Pese a que no quiero darme cuenta de que la vida pasa demasiado deprisa, que los achaques de la edad comienzan a aparecer, ocurren circunstancias a nuestro alrededor que me hacen abrir los ojos, quizás el detalle más significativo sea la muerte de ancianos de nuestro entorno, esto sin lugar a dudas me hace envejecer a la velocidad de la luz, ya que aunque de sobra es sabido que es "ley de vida", fueron personas que sabían valorar los valores fundamentales, que sabían valorar a las personas ... en definitiva que tenían principios.
En menor grado (pues somos egoístas por naturaleza y solemos ponernos una venda en los ojos o directamente miramos a otro lado), otro ejemplo sería el envejecimiento de nuestros padres, envejecimiento de sus cualidades, de su salud ..., gracias a Dios, los mios se conservan medianamente bien, pero me aterra la idea de su ausencia ya que lo poco que soy lo debo exclusivamente a ellos, mis creencias, mis pocas virtudes, mis muchos defectos ... en definitiva les debo la vida, me la regalaron y poco a poco me la van a ir quitando ya que al envejecer ellos lo hago yo también. En momentos como este, creo que me hace feliz pensar: que Dios me trata bien, me dio una familia "equilibrada" y me dio fuerzas para formar un brazo más al árbol que mis antepasados portaban, que mis padres pudieron ver y compartir las alegrías que me proporcionan mi mujer y mi hija, ... , en definitiva estar vivo.
Espero que pronto mi alma abandone este estado de ansiedad y sea solo aplicable a un lunes frío con demasiada luz que no me deja ver un poco más allá.
4 comentarios:
Seguro que es eso... Además, no me parece para nada un pensamiento negativo. A veces está bien pararse y darse cuenta de lo afortunados que somos. Suscribo cada palabra de esta entrada.
Un beso a los tres.
Vaja! Ese es uno de los grandes miedos compartidos por todos. En este miedo no se diferencia hombre de mujer, te lo aseguro.
Lamento que mi diván sirva para promover este estado, ya sabes que él puedes hacer y decir lo q te apetezca.
Sabes? Yo también creo que dar gracias a Dios es un buen ejercicio y que nunca es sufiente decir y demostrar lo mucho que quieres a los demás.
Un abrazo muy fuerte.
Hoy es martes... y no es tan frio ;)
Cristina
Gracias a ambas!! Si hoy es martes y 13, lluvioso y con frio como a mí me gusta, sigo en el columpio, pero el aire da en mi cara y parece que me despierta del letargo.
Besos y gracias por vuestra visita.
Anda que cuando te pones "sentimentaloide", lo bordas. Cada día me haces reafirmarme en lo que pienso: que tengo la suerte de compartir mi vida con un hombre maravilloso... y quedan pocos, pocos... TE QUIERO.
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